¿Cuál o
cuáles de los métodos revisados impactó
más en su práctica docente?
La metodología
para la enseñanza de la historia que impactó más mi práctica docente fue la
metodología situación problema.
A partir del tema
Plantee una “situación problema” mediante preguntas generadoras con
la finalidad de que los alumnos expusieran inicialmente sus
conocimientos previos para después realizar un proceso de investigación que les
permitiera confrontarlos con la información que les proporcionaron diversas
fuentes e interpretaciones del hecho histórico. Desde esta propuesta
metodológica los niños preguntaron al pasado, y desarrollaron
competencias para la búsqueda de respuestas de manera colaborativa.
Por lo tanto se promovió la investigación, con esta estrategia el niño tuvo la
posibilidad de convertirse en investigador autónomo a través de la
generación de un conflicto socio cognitivo.
¿Cuáles fueron los
obstáculos que enfrentó en la aplicación de estas metodologías?
Un obstáculo fue
el tiempo por lo que se tuvieron que realizar algunos ajustes a la
planificación didáctica; la falta de materiales y de recursos tecnológicos.
Otro obstáculo fue relacionar o vincular tema con las otras asignaturas que
apoyen los aprendizajes es decir tomar en cuenta la interdisciplinariedad.
¿Cuáles beneficios encontró
al emplear estas metodologías en sus clases de historia?
Considero que
fueron muchos los beneficios debido a que con la situación problemas el alumno
se involucra activamente en la construcción de su conocimiento y logra la
metacognición al tener conciencia de la forma en que se modificaron sus representaciones previas y cómo llegó conocimiento.
Otro beneficio es
avanzar al desarrollo de alumnos críticos, analíticos y reflexivos,
despertándoles el interés por la
investigación en diferentes fuentes.
¿Qué implicó para usted cambiar su forma de impartir las clases de
historia?
Enseñar historia desde una situación problema es un gran reto ya
que se debe tomar en cuenta varios
aspectos tanto en la preparación, como en la ejecución y evaluación, tales
como:
Preparar la clase y prever y revisar las fuentes de información
que podría investigar el alumno.
Relacionar o vincular la asignatura con las otras asignaturas que apoyen
los aprendizajes. Tomar en cuenta la interdisciplinariedad.
Manejar de manera amplia los valores y actitudes positivos que plantea el
estudio de la historia.
Diseñar estrategias que despierten el interés del alumno por investigar,
construir conocimientos complejos, integrando alumnos críticos, analíticos y
reflexivos.
Basar la enseñanza de la historia en los cuatro pilares de la educación
formando ciudadanos competentes capaces de entender el mundo actual como parte
del pasado y actuar positivamente sobre el presente y el futuro.
Abordar la pluralidad que no se centre solamente en la información
bibliográfica, sino que tome en cuenta el conocimiento, mentalidades,
sentimientos, costumbres y tradiciones etc.
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